Este artículo va dedicado a todos los emprendedores que están evaluando invertir en una página web.
Cuando uno emprende, sobre todo al inicio, suele suceder (no en todos los casos, pero muy a menudo) que el capital inicial es limitado, por lo tanto nos vemos en la necesidad de priorizar los gastos que consideramos esenciales para el funcionamiento de nuestro negocio.
Es entonces cuando nos surge la pregunta ¿es que tener una web propia realmente es una buena inversión?. Para responder a esa cuestión tenemos que tener claro cuál es el objetivo que le daríamos a la web y con respecto a ese objetivo qué tanto nos está facilitando el trabajo.
Una web puede tener múltiples funciones. De principales hasta secundarias, por ejemplo. Si nuestro objetivo principal son las ventas, entonces podríamos pensar en una tienda virtual, como función principal para nuestra web, y quizás una función secundaria sería que sirva de forma informativa, pero te preguntarás ¿por qué invertiría en una página web, si puedo hacer la venta yo mismo desde la mensajería de mis redes sociales?
La misma pregunta surge si el objetivo principal de la web, por ejemplo, fuera informativo, tú mismo puedes brindar la información a través del contacto directo con los posibles clientes en redes sociales.
Y es cierto que las redes sociales hoy en día son indispensables, sobre todo a la hora de emprender, y tienen un factor muy atractivo que es que aunque uno puede hacer anuncios pagados, el resto de funciones son gratuitas, además de servir como canal de ventas directo.
Entonces… ¿Me puedo quedar usando exclusivamente mis redes sociales y ahorrarme el dinero que tendría que invertir en una web propia? aunque sí podemos usar solo las redes sociales única y exclusivamente para gestionar la presencia digital de nuestro negocio, la respuesta que te daremos es la siguiente:
Te recomendamos evaluar en qué etapa estás de tu emprendimiento, porque si estás comenzando y todavía no te lo puedes permitir, puedes programarlo para una segunda etapa de desarrollo, pues, justamente para emprender con éxito, debemos salir del punto de inicio donde hacemos todo nosotros (en el que somos autoempleado) y pasar a ser los gestores y administradores de nuestra start up, y eso lo vamos logrando paso a paso, gracias a la automatización de nuestros procesos. Esto nos permite liberar tiempo, que es uno de nuestros activos intangibles más valioso, y es aquí en este punto que tener una página web propia es prioritario.
Una web te permite automatizar múltiples funciones, sobre todo a la hora de vender. Pero no solo a la hora de lograr una conversión, sino también a la hora de brindar información más detallada sobre cada producto o servicio, dejando los mensajes directos sólo para temas que tengas que atender de forma personalizada, dado que gran parte de la interacción con nuestro público no llega a convertirse en una venta. Todo el tiempo, por ejemplo, que invertimos en dar respuestas informativas se lo podemos pasar a nuestro posible cliente ofreciendo una plataforma con la que pueda interactuar de forma dinámica sin la necesidad de invertir nuestro tiempo, el que podemos dejar ahora sí para las tareas más importantes que te permitirán crecer.